viernes, 13 de noviembre de 2009

SOLI, EL INTREPIDO GUERRERO CHIMILA

Solí, el intrépido guerrero chimila
Por David Escobar Gómez
Una mañana salí a montear con mi hermano llamado “Er zaino”de un momento a otro, hubo un silencio absoluto y profundo después de ver a los pájaros salir despavoridos y con su algarabía de terror nos asustamos también, era como si el mundo se hubiera desinflado, no se escuchaba nada, recuerdo y los pelos del cogote se levantan.
Con el pabellón de la oreja a la expectativa y en medio de ese mutis, entonces, escuchamos claramente un ronquido del grosor ni el mismo tigre; pero que va, si el rugir del tigre lo conocíamos muy bien, porque en las noches, nos levantaban manadas de tigres rugiendo por entre el monte al mismo tiempo, que tú no sabías si lo tenías adelante o por detrás y por eso digo: nada de tigre. ¡Por nuestros antepasados! que estaba asustado. Y eso que yo era un guerrero de experiencia, pero confieso: estaba a punto y medio de hacer del cuerpo. En esas, con el corazón latiendo con rapidez volvimos a escuchar el pito sordo. En realidad la juventud es atrevida y no mide las consecuencias; en vez de huir nos fuimos a ver lo que era, arrastrados llegamos a un claro del boscaje y lo que fuese repitió su rugido, pero no era de bravura ni fiereza que da la rabia, más bien con tono de enfermo pidiendo ayuda.
Nos acercamos más con cuidado de no hacer ruido, que parecía que andábamos como la neblina o el humo, hasta que llegamos al claro y lo vimos: era animal como un venado sin ser venado, de patas ni la danta, no pequeña como la guartinaja[DE1] , pero grande como hermana danta que ya dije; pero sin ser ni tapir[DE2] ni zaino[DE3] grande. Nos acercamos al claro por el lado opuesto al que llegamos, y Yo fui el que se acercó rozando la barriga a la Madre Tierra y llegué a tres brazos de sus patas viendo como con su cola espantaba la plaga, llegué tan cerca, que si hubiera querido darme una patada, ¡ay! que me la hubiese dado por el lado de la frente y, en esa expectativa revuelta con miedo y ganas de churritar[DE4] , el animal nos echó de pronto su cagada y corrimos despavoridos hasta llegar extenuados a donde estaba el grupo Chimila[DE5] y les contamos lo que habíamos visto con nuestros ojos. Fue la primera vaca que mis ojos vieron, en después, conocí burro, lo mismo que caballo, luego: medio burro, medio caballo; pero nunca mitad vaca, mitad caballo, ni mitad mujer mitad manatí. Si; vi una vez, en el Caño[DE6] de las Mujeres de la población de Plato: mitad hombre[DE7] mitad caimán, comiendo pan y mamando ron.



[DE1]Roedor anfibio de América de carne apreciada, también llamada guagua

[DE2]La misma danta, del tamaño de un burro

[DE3]Cerdo salvaje más pequeño que el jabalí europeo.

[DE4]Esfínter flojo por el miedo. Una diarrea.

[DE5]Indígenas que no se dejaron someter.

[DE6]Caño: canal de desagûe de las ciénagas.

[DE7]El mito del Hombre caimán de Plato

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